@incitatus53
Desperté, nueve y diez de la mañana y un tanto adolorido de la espalda. La tarde del domingo había estado algo pesada, pero muy regocijante. Sin ánimo de nada y deseando no llegara la hora de irme a trabajar, entré al baño, listo a darle fin a algo que me aquejaba desde varios días antes. Comienza a caer el agua sobre mi cuerpo y observo como el vapor empaña mi rostro al espejo. Paso mi mano y veo frente a mí al tipo aquel que me acompaña desde que la razón también lo hace. Serio como siempre, algunas arrugas y la barba crecida, por fin decide a sonreírme. Tomo un rastrillo. La cabeza enjabonada no siente más que el filoso pero justo paso de la navaja. No hay marcha atrás. Tomo otro espejo y de espaldas observo ese andar de aquel instrumento que ha de marcar una nueva etapa. Volteo y el tipo aquel ha sido mutilado, es diferente. Es viejo. Salgo del baño y mi sobrino pequeño me mira boquiabierto. -“¡Buuuu, soy Big Show!” Le digo y logro asustarlo y sonriente veo que corre a los brazos de su mamá, he logrado mi primer objetivo, verme diferente. Ahora, soy Big Show.
Me visto, camisa, mezclilla y mis zapatos cafés oscuro. Acudo de nuevo al espejo y me reconozco, soy el mismo tipo de treinta y tres años, ahora rapado completamente. Desayuno, estoy en casa de mis padres. Papá falleció hace año y medio, mis hermanas viven con mi mamá y sus hijos. Son menores que yo, pero han decidido tener ya familia. Mi madre me mira un tanto extrañada por mi nueva apariencia, pero gustosa me saluda con un beso en la mejilla. Tengo que agacharme un poco desde hace varios para que lo haga.
Salgo a trabajar rumbo a la ciudad de Pachuca en el estado de Hidalgo. Llevo ropa y algunas sábanas y cobijas limpias. Antes de llegar a trabajar, paso a donde dentro de unos días, viviré con mi esposa. Veo la casa, es pequeña pero casi nada le falta, sólo falta ella. Entro al baño y observo de nuevo mi rostro. Sin cabello, con algunas arrugas y la barba algo crecida. Pero sonrío, soy feliz. Me casaré con la mejor persona que pude haber encontrado. A mis treinta y tres años y ella a sus dieciocho, llenará de juventud mi vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario